Carta Blanca: distinguiéndose junto a CM durante 125 años
En 1890 se destapa el sabor de la cerveza. Ese año nace Carta Blanca de la mano de Cuauhtémoc Moctezuma, y ya en sus primeros años se convierte en una de las mejores cervezas del mundo y recibe el “Gran Premio de Chicago”, que precedería a otros muchos galardones internacionales.
Una cerveza que los Reyes de España seleccionaron para su consumo, y que debe su nombre a una tradición de estos, quienes entregaban una carta en blanco a aquellos que eran distinguidos en esa época.
Más allá de su nominación, su color dorado, su líquido fino y original y su sabor equilibrado de Lager fueron distinguidos con premios como la Medalla de Oro de Múnich (1958) y el Premio Le Monde París (1994), así como otros galardones de distintas partes del mundo que incluyen Bélgica, Estados Unidos, Brasil…
Llena de Historia, costumbres y tradiciones, eso no le ha impedido seguir una línea innovadora de la que forman parte sus múltiples presentaciones, las corcholatas introducidas en 1903 por Cuauhtémoc Moctezuma –sustituyendo los menos prácticos corchos de botella-, su envase de cristal transparámbar con tapa “quitapón” (que podía abrirse simplemente con las manos) y, al mismo tiempo (1967), el complemento del envase “quitapón” con un destapador en su base.
Todo ello anunciándola sin necesidad de realzar la hermosura de mujeres modelo en bikini o la apariencia perfecta e imposible –valga la redundancia- de hombres dignos de revistas de moda, sin mujeres corriendo a cámara lenta… Porque cuando la esencia es original, lo que importa es lo de adentro.
Fiel al origen de su nombre, Carta Blanca lleva 125 años distinguiéndose, junto a Cuauhtémoc Moctezuma, y ofreciendo una esencia original e impregnada de tradiciones. Un siglo y cuarto que hacen que esta cerveza ya pueda ser considerada “la de siempre”.
Fuente de la imagen: Facebook de Carta Blanca